Historia
Prolegómenos:
Un debate se genera cuando se trata hacer historia, o mejor dicho aún, dejar constancia por escrito los hechos que hicieron historia, sobre la posibilidad de poder tratar en conjunto y de manera independiente cuales fueron los hechos y cuales sus consecuencias. Si bien, para algunos, el hecho de que esto sea tratado bajo el paraguas de la política sesga la historia, nosotros no cometeremos este error, puesto que trataremos los hechos con independencia, asumiendo lo que pasó y los actores que intervinieron independientemente de que fueran próximos a nuestros ideales o no. Trataremos, en esta breve historia de rendir homenaje a todos aquellos que, por cuestiones diversas, vincularon su vida en algún momento al socialismo y a Andalucía.
La actual situación política española data de la transición democrática y en especial se debe a la Ley para la Reforma Política de finales de 1976. Dicha Ley, considerada la Octava fundamental del régimen dictatorial franquista y que representaba el principio del fin de las siete anteriores, fue llevada a cabo gracias a la labor de Adolfo Suárez, presidente del gobierno desde julio de 1976. Fruto de esta ley el Partido Socialista Obrero Español, el Partido Comunista de España, el Partido Socialista Popular, Esquerra Republicana de Catalunya y el Partido Nacionalista Vasco entre otros fueron legalizados de manera sucesiva. Los partidos que actualmente forman parte consustancial de nuestro espectro político pasaron de la clandestinidad a una situación amparada por la ley. Nuestro sistema comenzaba ganar en democracia, comenzaba a asemejarse a un sistema en el que el poder emanaba del pueblo y no hacia el pueblo.
Sin embargo, el logró de esta ley se debió, en gran medida, al esfuerzo realizado por aquellos sectores que desde la clandestinidad lucharon por el logro de un sistema democrático. Sin lugar a dudas, el PSOE, liderado desde 1972 por el andaluz Felipe González y el PCE, en cuyo frente se encontraba Santiago Carrillo, jugaron un papel crucial en la lucha por la democratización del Estado. Claro ejemplo del empeño en lograr una situación normal, no dictatorial, lo tenemos con la fusión de las dos principales plataformas principales de oposición a la dictadura (la Junta Democrática de España, vinculada al PCE, y la Plataforma de Convergencia Democrática impulsada por el PSOE) en la denominada Coordinación Democrática, más conocida como Platajunta, en la que la voz del PSOE, hizo valer sus principios, sus ideas de cómo conseguir el establecimiento de una situación democrática mediante una ruptura con el actual régimen anterior, una “ruptura pactada” tal y como se la denominaba en aquellos tiempos, y el establecimiento de una ley que permitiera la legalización de los diversos partidos políticos.
Consecuencia de todo esto fue el fortalecimiento de la figura del Rey por el rol mediador mantenido, así como del presidente del gobierno de aquellos entonces, Adolfo Suárez. Los avances de la “ruptura pactada” que los partidos democráticos deseaban, y que el PSOE buscaba de manera notoria, fueron abriendo progresivamente la situación política y acabando con las leyes heredadas del franquismo mediante una ley y modificaciones a otras leyes que, poco a poco, lograron que la situación se normalizara y que fuera tomando forma similar a la de los otros países de nuestro entorno más cercano.
En Andalucía la situación política era paradójica con respecto al resto del Estado. Andalucía, que acumulaba un atraso histórico, no ya sólo en infraestructuras, sino en cultura y tradición democrática –debido a la gran tradición latifundista y caciquil que esta suponía-, aportaba en su contra líderes tan importantes para el socialismo como Felipe González y Alfonso Guerra. Este dato, sin lugar a dudas, fue de gran importancia para el desarrollo de la democracia en nuestra región y del PSOE en la misma: durante la dictadura nacional-católica de Franco y parte de la transición, los jóvenes que deseaban afiliarse a Juventudes Socialistas, debían al mismo tiempo, hacerlo al Partido y al sindicato Unión General de Trabajadores, por ello, el hecho de contar con un Secretario General de origen andaluz dio un claro impulso a la re-implantación de nuestro partido, y todo lo que en aquellos momentos englobaba en Andalucía, al mismo tiempo que garantizó un desarrollo del mismo más acelerado y seguro.
Es importante destacar que, si bien un partido como el PSOE y sus juventudes han tenido la capacidad de continuar su historia, pese a los cambios de líderes y avatares de la historia sufridos, como en el caso de nuestra transición, en el cambio logrado incidieron de manera muy positiva y notoria la influencia y esfuerzo de ciertos líderes que en un contexto hostil como era el de la dictadura franquista, supieron bien consensuar lo que nos unía con la sola intención de lograr el establecimiento de una situación normalizada. Dichos opositores a la dictadura, joven de edad y ambiciosa en sus objetivos, logró conseguir un cambio rupturista sin recurrir a la violencia para imponer sus criterios. Los socialistas, en una mezcla de idealismo y pragmatismo supieron como estar presentes y llevar a cabo, desde la izquierda un cambio democrático en nuestro Estado. Fue la presión de estos socialistas, y otros sectores políticos, entre los que destaca el ya mencionado Felipe González, lo que logró forzar cambios como la señalada Ley para la Reforma Política y otros cambios en la burocracia heredada de la dictadura así como en la opinión de las clases medias que temían que un cambio de sistema político pudiera afectar a sus intereses.
Por tanto, la historia del PSOE Andalucía y las Juventudes Socialistas de Andalucía, representa gran parte del establecimiento de nuestra democracia, de la historia de Andalucía y de la creación de un sistema político propio, dentro del marco de la Constitución y con respeto al Estado. Trazar una breve historia de Juventudes Socialistas de Andalucía –breve por la juventud de nuestro sistema político, pero maduro en nuestra consistencia y credibilidad institucional-, no es más que hacer un claro retrato de lo hemos sido, de lo que somos y dejar testimonio para las generaciones venideras de aquello que, con la intención de crear una Andalucía mejor, con un mejor reparto social y con más derechos hacemos día a día.
Juventudes Socialistas de Andalucía:
Ya en el año 1932 hay constancia de la existencia de agrupaciones de Jóvenes Socialistas en Andalucía, sin embargo, estas no tenían la actual estructura que hoy conocemos de Juventudes, y su existencia fue limitada debido, a la Guerra Civil y la posterior represión franquista que personajes como Gonzalo Queipo de Llano o Carlos Arias Navarro, “el carnicero de Málaga” llevaron a cabo. El establecimiento de unas Juventudes Socialistas Andaluzas, el desarrollo de su proyecto ideológico fue mermado como mermada fue la vida de tantos andaluces. Andalucía, sus jóvenes, quedaron, no ya sólo destrozados física y moralmente, sino también condenados al olvido completo y total desde la administración centralista del dictador Franco.
Los jóvenes andaluces socialistas combatieron desde sus inicios la dictadura del General Franco. El antimilitarismo, piedra angular de la organización de Juventudes Socialistas que los caracterizó siguió siendo un claro referente en todo el proceso de la Transición democráticas. Las Juventudes Socialistas, los jóvenes socialistas andaluces, habían luchado –y seguían luchando- por la normalización del sistema político, por la consecución de una Constitución en la que se reconocieran los derechos de los jóvenes. Las Juventudes Socialistas en Andalucía, principal organización política juvenil en nuestra comunidad, apostó claramente por la consecución de tales objetivos.
Debido a la situación de persecución que nuestro partido sufría, en la década de los 70 resultaba imposible afiliarse únicamente a Juventudes Socialistas. El objetivo era la creación un frente único socialista, en el que el juventudes quedaba completamente supeditado a los intereses del PSOE. Esto suponía que la entrada en Juventudes implicaba la entrada tanto en el Partido como en el sindicato de la Unión General de Trabajadores, en aquellos entonces fuertemente vinculado. Eso, unido a la juventud de nuestros líderes en aquellos entonces, ocasiona la dificultad a la hora de poder distinguir las diferencias entre Juventudes y el propio partido.
La nueva vertebración del Estado que se originó tras la Constitución de Diciembre de 1978, fue completamente diferente a la que la dictadura franquista había planteado, puesto que de un sistema centralista se sentaron las bases de un sistema de Comunidades Autónomas. Si bien las vías de acceso a tal autonomía cambiaron de una región a otra, la vía rápida del artículo 151 para las denominadas nacionalidades históricas o la vía lenta del artículo 143, nuestra Comunidad, Andalucía, logró el acceso mediante el artículo 151, al igual que Cataluña, Euskadi y Galicia. Afortunadamente los resultados proporcionados por la Constitución y los Estatutos fueron magníficos en el momento en el que se plantearon, sin embargo, tal y como afirma irónicamente Fernández Enguita “las soluciones de ayer son los problemas de hoy” , de ahí la importante reforma estatutaria que los socialistas andaluces, Juventudes y Partido, en consenso con la mayoría de partidos políticos presentes en Andalucía, hemos llevado a cabo desde los albores del siglo XXI.
La izquierda, los socialistas, conociendo la nueva vertebración del Estado, conscientes de la importancia de “unir y no atar a los españoles en el Estado” –como afirmó el actual Secretario General del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero en Dos Hermanas el pasado 11 de Febrero en un acto previo a la ratificación del nuevo Estatuto de Andalucía- defendimos un nuevo modelo de organización territorial. De ahí la descentralización que el Partido tiene, al igual que Juventudes. La regionalización del PSOE, y de Juventudes, atendía a solucionar las discriminaciones que desde el gobierno de Madrid tradicionalmente se habían aplicado sobre esta tierra.
La autonomía de JSA para marcar su programa, atendiendo a las líneas generales de Juventudes Socialistas de España, nos garantizó una mejor adecuación a la realidad social andaluza. Es por ello que la descentralización de la que disfrutamos representa un claro factor de éxito en nuestra tierra y esto beneficia, como es lógico, a los objetivos de las Juventudes Socialistas de España. El funcionamiento en red, garantiza la adecuación de los proyectos políticos en función de los intereses de cada comunidad. Juventudes, el PSOE, comprendió rápido la situación regional de España, y de ahí la federalización de la que a día de hoy disfrutamos. Al mismo tiempo, fruto de esta historia descentralizadora, las diversas agrupaciones de Juventudes Socialistas Andaluzas se fueron descentralizando progresivamente las distintas agrupaciones provinciales y de ahí a los municipios.
Los progresos que el PSOE fue realizando en lo que a su estructuración interna fueron más allá de la mera descentralización política, y un claro ejemplo de esto es el abandono del marxismo dentro de la definición ideológica: en el año 1979 se celebró un congreso ordinario en el mes de mayo en el que Felipe González fue designado Secretario General. Este dimitió posteriormente del cargo como medida de disconformidad a las tesis pro-marxistas. Sin embargo, en el congreso extraordinario de septiembre del mismo año, volvió a la Secretaría General de manera exitosa.
Dentro de este marco histórico, el PSOE de Andalucía fue creado en diciembre de 1977, tras el Congreso de Torremolinos, cuando es nació la Federación Socialista de Andalucía (FSA-PSOE). Durante el año 1978 hubo una integración progresiva de los diferentes partidos cuya base ideológica era el socialismo. Tal es el caso del Partido Socialista Popular de Andalucía o el Movimiento Socialista de Andalucía. Sin embargo, no fue hasta el tercer congreso de la Federación Socialista de Andalucía-PSOE, en diciembre de 1979 cuando tomo el nombre de PSOE de Andalucía. Desde entonces los Socialistas hemos sido la fuerza política indiscutible de Andalucía, habiendo gobernado de manera continua en nuestra Comunidad Autónoma y revalidando la confianza de los ciudadanos legislatura tras legislatura hasta la actualidad.
El primer congreso de Juventudes Socialistas de Andalucía, tras la muerte de Franco, fue celebrado entre los días once y trece de Abril de 1980 en la Residencia Juvenil Blanco White de Dos Hermanas, en la provincia de Sevilla. Dicho congreso designó a Luis Navarrete como Secretario General de Andalucía. Este congreso marcó el inicio de una nueva etapa para las Juventudes Socialistas de Andalucía. Además sentó las bases de lo que somos a día de hoy, de cuál es nuestra estructura organizativa y nuestros objetivos políticos y sociales.
Una de las tónicas dominantes en los principios de Juventudes Socialistas de Andalucía era su claro marcado antimilitarismo, que se veía claramente marcado en su rechazo a la entrada en la OTAN, así como a la presencia de bases norteamericanas en él territorio nacional. JSA, consciente de los riesgos que para Andalucía esto podía significar, se enfrentó al Partido por lo que era considerado un punto claramente divergente. Al mismo tiempo, dentro de su política universalista, las Juventudes Socialistas de Andalucía apoyó claramente a los “pueblos oprimidos”, como era el caso fue el caso de Palestina, y denunció claramente el “imperialismo yankee”.
España en los años 80 vivió una situación única, puesto que el paso de una dictadura a una democracia parlamentaria supuso la transformación de numerosas estructuras de nuestra sociedad, tales como el ejército o los derivados de la entrada en la Comunidad Económica Europea. Si bien, Juventudes Socialistas dentro de su reconocido pacifismo se oponía a la entrada del Estado en la estructura de la OTAN, ha día de hoy debemos reconocer que tal entrada ha supuesto que nuestro Ejército asuma el rol que debe desempeñar dentro de una sociedad democrática, así como asumir que sus acciones han de depender de lo marcado por el poder ejecutivo.
El segundo congreso Regional de JSA se celebró entre los días dieciocho y veinte de marzo de 1983, y del mismo salió elegido Federico Pérez Peralta “Chiqui” como Secretario General. Tras la rotunda victoria con una mayoría absoluta socialista de 202 escaños de 350 en las Elecciones Generales del veintiocho de octubre de 1982, los Jóvenes se encontraban complemente reforzados políticamente, tanto a nivel autonómico como a nivel regional. El gobierno que el Andaluz Felipe González formó a finales de 1982 fue el primero enteramente socialista de la historia de España. En él, destacó la presencia del Sevillano Alfonso Guerra como vicepresidente y hombre de confianza, que se encargaría de las relaciones entre gobierno y partido. De esta manera, los socialistas comenzamos a desarrollar las reformas estructurales que el Estado necesitaba y que la mayoría absoluta obtenida nos permitía.
Tras esta segunda ejecutiva, sucedió a Federico Pérez Peralta en el cargo de Secretario General de Juventudes Socialistas de Andalucía Francisco Manzano, quien resulto elegido en el congreso de Torremolinos que se celebró entre los días 11 y 13 de Enero de 1985. Francisco Manzano, “Paco”, se mantuvo en el cargo hasta el año 1989, cuando Lucrecio Fernández alcanzó el puesto de Secretario General de JSA.
El principio de la década de los noventa fue un momento de grandes éxitos para nuestra Comunidad Autónoma, que gracias a las políticas del ejecutivo autonómico y central, junto con las ayudas de la Unión Europea, hicieron que Andalucía y su juventud aumentaran considerablemente su nivel de vida en numerosos campos. Ejemplos notorios de esto pueden ser la Expo del 92 de Sevilla, que supuso la llegada del AVE a nuestra tierra, así como la creación de los grandes ejes de autovías de nuestra tierra. En definitiva, la década de los noventa, y la política socialista, supuso el despegue de Andalucía y de sus jóvenes.
Dentro de este marco incomparable de desarrollo y cambio social de Andalucía fue elegido Juan Moreno como Secretario General de Juventudes, quien estuvo en el cargo hasta el año 1994, cuando Antonio “Nono” Guinea del Toro llegó al cargo de Secretario General de JSA. Es importante destacar la labor de estos líderes, puesto que llegaron al cargo en un momento en el que el Socialismo se encontraba en un ligero retroceso en España que se manifestó de manera más notoria en 1996, cuando el andaluz Felipe González abandonó La Moncloa tras catorce años como Presidente del Gobierno y con la seguridad de haber hecho bien las cosas y haber tomado decisiones polémicas, pero necesarias, para el desarrollo del conjunto del Estado.
En este contexto de revisión de las políticas realizadas, Rafael Velasco llegó al cargo de Secretario General de Juventudes Socialistas, con la actual diputada Susana Díaz Pacheco como Secretaria de Organización, en 1997. La labor de ambos fue destacable, teniendo en cuenta que el contexto estatal era claramente desfavorable. Rafael Velasco y Susana Díaz lograron hacer oposición desde JSA a actos tan execrables y vergonzosos para los españoles como fueron la Guerra de Irak en el año 2003 o la pésima gestión del Petrolero Prestige a finales del año 2002. Susana Díaz y Rafael Velasco hicieron frente a las mentiras del Gobierno Central. En definitiva, ambos fueron parte del cambio político que el 14 de Marzo nos hizo a los Jóvenes volver a tener nuestro espacio en el conjunto del Estado y no ser más que meros sujetos pacientes de las políticas del Estado.
El cambio en el panorama político estatal ocasionó, como es lógico, cambios en la estructura de las Juventudes Socialistas de Andalucía. En el Congreso Regional de JSA, celebrado entre el 15 y el 17 de Octubre de 2004 en Islantilla, Huelva, Carlos Moya fue elegido como Secretario General, junto a José Manuel Girela de la Fuente como Secretario de Organización. Entre ambos dirigen en la actualidad las políticas e intereses de JSA, y desde que ellos llegaron al cargo la historia se confunde con el presente.
En definitiva:
En Andalucía, hablar de JSA hoy es hablar de una organización con gran capacidad de influencia, puesto que tenemos que tener en cuenta que somos la comunidad más joven de España: la población menor de 30 años representa en el conjunto de Andalucía un 26 % del total. Este dato nos hace a Juventudes Socialistas ser conscientes de la importancia de nuestro trabajo, así como nos anima a seguir trabajando por la realización de políticas jóvenes y para jóvenes. Somos conscientes que nuestro impulso, nuestras ganas de mejorar, es decisivo para el progreso de todos los andaluces.
La lucha por un acceso a un puesto de trabajo es algo que también ha centrado históricamente la tarea de Juventudes Socialistas de Andalucía. Hemos de destacar que los andaluces tienen a día de hoy más posibilidades de realizar sus vidas en su tierra, puesto que de más de un 25% a principio de los ochenta, en la actualidad apenas supera el 10% de la población activa y la tendencia se revela claramente positiva. Sin embargo y pese a todo, en materia de empleo seremos críticos hasta que no logremos el pleno empleo estable y reduzcamos las tasas de muertes.
La labor de Juventudes Socialistas de Andalucía ha sido de lealtad crítica al PSOE, lo que en Andalucía se puede traducir en lealtad crítica al Gobierno Autonómico. Hemos apostado desde entonces, no sólo por implicar a los jóvenes en la política, sino en la realización de políticas de jóvenes y para jóvenes, como herramienta indispensable para la mejora de la calidad de vida de los andaluces y como garantía de un futuro con una Andalucía al máximo. Gracias a tal trabajo conjunto hemos logrado que nuestra comunidad autónoma haya efectuado el salto cualitativo y cuantitativo que en lo que a calidad de vida se refiere.
Al mismo tiempo, en la actualidad trabajamos siendo conscientes de que a globalización es un proceso que está cambiando los modelos políticos de nuestra sociedad. Juventudes Socialistas de Andalucía, conociendo cual es su historia y reconociendo la importancia de que es necesaria una buena coordinación en red con las distintas instituciones que existen en nuestra comunidad asume la importancia de la modernización tecnológica, una mayor inversión en educación y formación como elemento principal de adaptación a la realidad que nos rodea. Es por ello y fruto de nuestra historia que ahora creemos y apoyamos por una Europa fuerte en la que los jóvenes tengamos el peso que nos corresponda y no sólo seamos sujetos pacientes de la política. Es por ello que desde Juventudes Socialistas de Andalucía trabajamos en coordinación con nuestra ejecutiva federal, con el interés de que los ejes de la política nacional recojan los intereses de los jóvenes andaluces, y es por ello al mismo tiempo que, contamos con una fuerte estructura en Andalucía dispuesta a mejorar con el principal fin de dar a los jóvenes andaluces una Andalucía mejor, una Andalucía de máximos.
En definitiva, desde nuestra fundación como Juventudes Socialistas de Andalucía, hemos trabajado por el progreso de la juventud. Hemos apostado por dotar a nuestra juventud de una conciencia política de izquierdas y progresista, en definitiva, socialista. Juventudes Socialistas de Andalucía, sin lugar a dudas y como aquí hemos dejado testimonio, tiene una historia intensa, al igual que la de la juventud andaluza. Nuestro compromiso por un mundo mejor, por una Europa más socialista y una Andalucía que dentro del conjunto del Estado avance fuerte y segura de sí misma es notorio. JSA apuesta por no olvidar nuestro pasado, por ser conscientes de nuestro presente y trabajar por el futuro.
AUTOR – ALEJANDRO JIMÉNEZ GARCÍA